14 oct 2011

Cuando vez una escena desde afuera

Ayer fui a trabajar con unos compañeros de la escuela, con 10 de hecho. Estabamos yo, mi amiga de la infancia Stephany, mis dos amigas y enemigas eternas de esta escuela a la que sigo llamando nueva a pesar de estar en segundo año, Myriam y Lorena, y aquellos a quienes he intentado hacer mis amigos desde hace tanto tiempo que ya renegue encontrar resultados, Josué, Chava, Peña y Oscar; otra pareja y un nuevo que ya se ha adaptado más que yo nos acompañaban.
Mientras trabajamos sentía que estaba bien, pero cuando las bromas y risas, cuando a la mesa nos sentamos a comer, me he dado cuenta de que sigo igual que siempre. Por un lado estaban las dos amigos, platicando ellas por su lado, por otro un trío que debería ser pareja riendo, y por el otro aquel gurpo de 4 al que tanto deseo integrarme, haciendo mucho ruido y risas mientras yo, en el centro, solo e indiferente, tenía a Stephany frente a mi como la única a quien hablar.
Me he dado cuenta, una vez más, como es mirar una escena en la que no eres parte, y tanto quisieras ser. Como es ser parte de un mundo en el que, a la vez eres un extraño. Como desearía poder reír con ellos, bromear con ellos, sin sentir que estoy interrumpiendo en medio de algo. Sentirme de vuelve a como me sentía en la secundaria. Pero creo que quizás ya es tarde.
Solo se que odie ver la escena desde afuera, y sin embardo la sigo viendo una y otra y otra vez. Y a veces siento que, si no corro, acabaré rompiendome al ver mi propia soledad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

recuerdas
! no pidas permiso tu matete y sino te aceptan bueno hay muchos grupos mas¡