Aquí solo importa que tu y los tuyos sigan viviendo. Y no tiene caso fingir diferente. Cuando todo está bien, podrás ser buena persona, intentar salvar el mundo, erradicar la pobreza o el hambre... Pero si llegara el momento, por ti, por tu familia, por tus amigos, no dudarías en sacrificar todo lo demás. Y ellos tampoco lo dudarían.
En el otro lado del mundo, para aquellas personas tu no existes. Ellas no se sentirán culpables si mueras. Pueden tener lástima, pueden decir que querían salvarte. Pero siguen vivas, y eso es lo único que al final cuenta. Así es el mundo, así es el hombre, fingiendo que es bueno cuando al final solo busca lo mejor, en el peor de los casos, para él, y en el mejor, para aquellos más cercanos, aquellos que verdaderamente ama.
Esto no es un juego cooperativo, en que todos van de la mano. No, es un juego para intentar llegar, seguir vivo, completar el camino. Es un juego de supervivencia.
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