¿De donde surjen los pecados?
No lo se, no me importa. Todos somos sus portadores. Aquellos que sucumbimos ante demasiado dolor y demasiadas verdades. Es extraño toda la duda que crean aquellos sentimientos tan vanos que no importan más que a uno mismo.
Tantas historias. Tantos hermanos manchados por la envidia y la codicia; tantos dolientes sucumbidos por la ira; tantos amores rotos por el orgullo y la lujuria. La verdad, solamente somos pecadores, solamente humanos atrapados en el camino de la incoherencia.
Dejame verte, sentirte y llorarte tan solo una vez más, Stephany, amiga del alma; entonces podré olvidar aquellas extrañas indiferencias. Dejame verte, sentirte y llorarte tan solo una vez más, Vero; entonces podré olvidar aquellos momentos perdidos. Dejame verte, sentirte y llorarte tan solo una vez más, Karen; entonces podré olvidar aquellas reflexiones vacias. Dejame verte, sentirte y llorarte tan solo una vez más, Marisol; entonces podré olvidar aquellos corazones rotos.
Entonces volveré a ser humano, no solo un pecado; adios, envidia...
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