Mis primeros días en la escuela me resultan tan extenuantes como inutiles, así como mis nulos intentos por entrabar amistad con los que, ahora, son mis nuevos compañeros. Soy sincero, me paso ignorando mi propia existencia y la suya para dejarme divagar en un mundo en que pareciera solo existen dos habitantes: Stephany y yo... Si, lo he dicho.
De vuelta a los antiguos días de lasgas horas de pláticas vacias sobre temas cotidianos, hoy decido dejar todo lo demás por solo eso. Ella es mi amiga, pero estoy seguro que no debería ser para tanto. Estoy triste por alejarme de todo lo demás, pero acaso realmente vale la pena intentar intengrarme en un mundo que jamás me aceptará... No lo creo.
Mi decisión no es ignorar, sino dejar que sea ignorado. Así de sencilla es mi pobre contradicción, que se dibuja como fabula pero se vive como tormentosa pesadilla. Más que nada ahora cargo el peso de mis propias decisiones, y creo que ser ignorado no es algo que tan facil debería aceptar... Pero al final, que otra opción de queda...
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